¿Viajando a las Islas Canarias?
Que hacer y que no hacer
En Septiembre de 2006 mi esposa y yo hicimos un viaje a Tenerife y La
Gomera (ver mapa). A nosotros no nos gustan los
viajes organizados y preferimos viajar a nuestro aire, porque pensamos que es la única
manera de entrar en contacto con el verdadero país y sus gentes. Este modo de viajar es
mas duro y mas caro que otros, pero también mas agradable, relajante y te da un punto de
vista diferente de la cultura y forma de vivir.
De mi experiencia aquí tienes mis
consejos si planeas viajar por tu cuenta a estas zonas. Quiero dejar
claro que este es MI PUNTO DE VISTA PERSONAL y que de ninguna manera es
mi intención el criticar a la gente o la cultura de los lugares mencionados. También
debes tener en cuenta que son mis observaciones del año 2006. Las cosas
pueden haber variado (para bien o para mal) desde entonces. También debes
tener presente que esto no es una guía de viaje, sino sólo la descripción de
nuestro viaje y nuestras impresiones. Si no estas de acuerdo
con alguna de las opiniones expuestas a continuación lo que tienes que hacer es
escribir tu propia página WEB con tus propias opiniones,
pero no te molestes en hacérmelas saber.
El principal objetivo de este viaje fue visitar las Islas Canarias,
en las que nunca habíamos estado anteriormente. Teníamos que elegir cual de
las muchas islas del archipiélago visitar, y seleccionamos Tenerife ,
una de las islas principales, pero también planeamos una visita de dos días
a La
Gomera ,
que está muy cerca de Tenerife.
Encontré un pasaje de avión relativamente barato de Palma de Mallorca
a
Tenerife Sur (vía Barcelona) en
Lastminute.com
con Air-Europa .
Hay dos aeropuertos en Tenerife, uno al sur de la isla (Reina
Sofía), cerca de San Isidro, y otro al norte (Los Rodeos), cerca de
La Laguna .
Teniendo en cuenta lo pequeña que es la isla (unos 90
Km. de largo) y la corta distancia entre los dos aeropuertos (unos 60 Km.)
no es normalmente muy importante el aeropuerto donde te dejan, pero por
supuesto esto depende de la manera en que se piense abandonar el aeropuerto
(coche de alquiler, autobús, etc.) y moverse por la isla.
Después de 5 horas de vuelo (3 y media de Barcelona a Tenerife) llegamos
sobre las 16:00, recogimos el coche que previamente había reservado en
CICAR,
y nos tomamos la autopista hacia Puerto de La Cruz, a unos 100 Km. del
aeropuerto (ojala hubiéramos desembarcado en el aeropuerto norte, que esta
mucho mas cerca, pero....). Es importante mencionar que, en general, las
compañías de alquiler de coches no permiten trasladar sus vehículos en ferry
de una isla a otra.
Sin embargo, ya que mi intención era estar algunos días en La Gomera yo
quería poder trasladar el coche (quería evitar tener que dejarlo en el
puerto, cargar las maletas en el ferry, alquilar otro coche al llegar al
puerto de destino, etc....) y en CICAR fueron lo suficientemente amables
como para autorizarme a hacerlo.
En el Puerto de la Cruz
nos hospedamos en el Hotel Las Águilas ,
ubicado en lo alto de una tranquila colina y totalmente rodeado de jardines.
Tiene una vista excelente sobre el Puerto de la Cruz
y también hacia El Teide, las habitaciones son muy espaciosas (de hecho son
apartamentos de dos habitaciones, incluyendo una cocina y un gran balcón) y
el único inconveniente es que al estar tan aislado tienes que coger el coche
para ir a cualquier parte (de compras, a comer fuera, etc.).
El primer día lo pasamos en el Loro Parque
, un impresionante y bien diseñado zoo en que no solo hay cientos de
especies de loros sino también gorilas, chimpancés, jaguares, tigres,
pingüinos, etc. La visita también incluye varios espectáculos de leones
marinos, delfines, pájaros y orcas. Hace falta prácticamente un día
entero para visitar el parque, así que es mejor entrar lo mas pronto
posible (y rogando que no sea un día muy caluroso :-). Aparte de la entrada
básica también hay la posibilidad de pagar un extra por lo que ellos llaman
el "Discovery tour"
,
una visita guiada por algunas de las instalaciones no accesibles al publico
en general, pero que me decepcionó bastante (y además te hace ir mas
estresado debido a la necesidad de adaptarte al horario de visita y
recorrido que te asignan ellos).
El Puerto de la Cruz
es en esencia una ciudad turística, que sin embargo tiene una interesante
casco antiguo, así que es una buena idea pasar algún tiempo visitándolo y
caminando por su paseo marítimo. Hay muchas tiendas y cantidad de
restaurantes, sin embargo debido a nuestra decisión de último minuto de
visitar el Loro Parque no nos quedo mucho tiempo para la visita al Puerto de la Cruz,
tan solo unas pocas horas para tener una primera impresión.
Antes de continuar describiendo nuestras rutas por Tenerife es necesario
explicar un poco sus particularidades topográficas. La isla es
básicamente un cono volcánico (El Teide)
,
de 3718 m. de altura, cuyas laderas llegan hasta el mar. Debido a esto la
costa norte es relativamente húmeda y verde
(el aire húmedo proveniente del norte es atrapado por la montaña) mientras
que
la costa sur es prácticamente un desierto. No tengo ninguna duda de que
la costa sur tiene su propio encanto, pero para mi lo mas interesante
parecía la costa norte, así que concentramos nuestras excursiones en esa
zona. Por otra parte, por lo que se refiere a la vegetación, también esta
influenciada por la montaña. Desde el nivel del mar hasta unos 1000m de
altura hay muy pocos árboles y prácticamente solo se pueden
encontrar arbustos y cactus. Por encima de los 1000 m y hasta los 2000 m,
alrededor de toda la montaña, hay bellos bosques, principalmente de pinos
(Parque Natural de La Corona Forestal
).
Y Por encima de los 2000 m. prácticamente no se puede encontrar
vegetación alguna (esos son los dominios del volcán, en el Parque Nacional
del Teide). Hay una excepción a esta regla, en la parte noreste de la isla
se encuentra el Monte de las Mercedes
,
un hermoso, aunque pequeño, bosque primitivo de laureles.
El día siguiente fuimos a la zona noroeste de la isla, tomando un
carretera secundaria que pasa por Los Realejos y La Guancha hacia Icod de
los Vinos. Icod de los Vinos
es una pequeña ciudad con antiguas casas de estilo colonial en algunas de
sus calles, la iglesia de San Marcos (primera parte del siglo XVI) y el bien
conocido Drago Milenario de 15 metros de altura (el Drago es un
curioso árbol típico de las Islas Canarias). Desde ahí continuamos por Garachicho
y Buenavista hasta Punta de Teno ,
el cabo mas occidental de la isla y desde donde se tiene una buena vista de
los acantilados de
Los Gigantes. Después de volver a Buenavista nos desviamos hacia El Palmar
, Las
Portelas y Masca
por una carretera que discurre por el macizo de Teno
y que ofrece vistas espectaculares de los barrancos de la zona. Despues de
algunos km mas llegamos a Santiago del Teide, donde probamos algunos platos
de la cocina local, Conejo al salmorejo y Papas Arrugadas con Mojo en el
restaurante de las Bodegas Chinyer .
Para el día siguiente teníamos preparada una excursión en barco con Tenerife Dolphin
por la costa mas occidental de la isla. La excursión
,
dura unas cinco horas y va desde Los Cristianos
hasta la Playa
de Masca ,
donde el barco hace una breve parada, lo justo para una comida rápida y
darse un chapuzón si se quiere. Lo mejor de la excursión son las
absolutamente impresionantes vistas de los acantilados de Los Gigantes
y los delfines y ballenas piloto que se se ven muy a menudo
desde el barco.
El día siguiente teníamos que trasladarnos a la isla de La Gomera, pero
el ferry salía por la tarde, así que empleamos la mañana haciendo una rápida
visita a la parte noreste de la isla. Desde el Puerto de la Cruz fuimos a
Tacoronte, Bajamar y Punta Hidalgo,
luego cogimos la carretera de Tegueste hacia el parque del Monte de las
Mercedes,
un pequeño, pero hermoso bosque húmedo, que contrasta con las tierras mas
bien desoladas de que lo rodean. Es especialmente interesante hacer una
parada en el mirador del Pico del Ingles
que proporciona unas vistas excelentes de Santa Cruz de Tenerife, La Laguna
y,
por supuesto, el omnipresente Teide. Toda esta zona se conoce como la
península de Anaga
.
Después cogimos la autopista hacia Los Cristianos
y tomamos el ferry de Fred Olsen
que en 45 minutos nos dejo en San Sebastián ,
la capital de La Gomera. Ya era tarde así que nos fuimos directamente
al hotel, el excelente Parador Nacional de Turismo ,
situado en lo alto de un acantilado, justo encima de la ciudad, y cenamos en
su restaurante (yo tome un delicioso mero al estilo local y una botella de Asocado, un estupendo vino blanco
de la isla).
Después de una noche tranquila y relajante dejamos San Sebastián para
hacer una excursión con el coche alrededor de la isla. La Gomera es realmente pequeña pero no es tan fácil como podría parecer el ir de un
pueblo a otro, debido a sus particularidades orográficas. La isla es
básicamente una meseta elevada de forma circular con múltiples barrancos en
cuyos extremos se encuentran los principales pueblos costeros. Así que para
ir de un pueblo a otro casi siempre hay que ascender unos 1000m por un
barranco y volverlos a bajar por otro. Hasta los 800
m. de altura el paisaje es bastante desértico (con algunas excepciones en
los valles) y los únicos árboles que se ven son algunas palmeras aisladas,
pero por encima de esa altura hay bosques de pinos y algo mas arriba se
encuentra la Laurisilva (un bosque terciario de laureles y helechos),
dentro del los limites del
Parque Nacional de Garajonay .
Bien, como he dicho dejamos San Sebastián para ir haciaHermigua ,
Lepe , Agulo ,
Vallehermoso , Arure
y finalmente Valle Gran Rey,
que es una de las zonas mas turísticas de la isla. Tal vez debería haber dicho
antes que uno de los encantos de La Gomera es que no se ven esos horrorosos
e inmensos edificios que pueblan las costas de la mayoría de las zonas
turísticas. Han sabido conservar un equilibro entre turismo y naturaleza, lo
que convierte esta isla en algo realmente especial. Desde Valle Gran Rey
tomamos la carretera que cruza el Parque Nacional de Garajonay
y volvimos a San
Sebastián, pasando por al lado del singular Roque de Agando .
Todavía tuvimos tiempo por la tarde de dar un paseo por el pequeño casco
antiguo y por el paseo marítimo de San Sebastián.
El día siguiente tenia planeado hacer una excursión a pie por alguno de
los senderos de Garajonay y después de mirar las diferentes rutas elegí una
de las mas típicas, pero que parecía bastante interesante (Bosque del Cedro).
Mi esposa decidió que era demasiado difícil para ella y que prefería
quedarse en la piscina del Parador (¡Estupendo!, seria libre durante algunas
horas.... :-). Partí con el coche en dirección al Parque y lo aparque en un
lugar conocido como el Alto
del Contadero (a unos 1400 m. de altura). Desde ahí el sendero discurre
bajando, primero a través de brezos y luego por un bosque reminiscencia de
la era terciaria (que se de denomina
Laurisilva), donde hay laureles de 30 m. de altura, brezos de 15 m. y
helechos de 2 m. Al cabo de un rato de andar el sendero va en paralelo con
el Arroyo del Cedro, una pequeño arroyo cuya agua es muy bienvenida
en los días calurosos (como era ese día...). Continuando el descenso a
través del bosque se llega a la pequeña Ermita de
Nuestra Señora de Lourdes, y luego al caserío de
El Cedro, justo en los limites del parque nacional y a unos 800 m. de
altura. Desde ahí, si se quiere se puede seguir descendiendo un poco mas
hasta una cercana cascada (la mayor de la isla) por un sendero muy, muy
empinado que lleva hasta Hermigua.
Bien, la parte fácil (bajar los 600m de desnivel desde el Alto del Contadero
hasta El Cedro)
ya estaba hecha, ahora tan solo faltaba volver sobe mis pasos, subiendo por la misma ruta
hasta el sitio donde había dejado el coche. La excursión no tiene ninguna dificultad, no obstante el
sendero es bastante empinado en algunos tramos y se requiere un mínimo
de entrenamiento de andar por el monte. Tardé unas cinco horas en completar toda la excursión,
pero un buen excursionista ciertamente puede hacerla en menos de cuatro
horas.
Nuestra estancia de dos días en La Gomera
había llegado a su fin, el tiempo justo para tener una primera impresión de
la isla, pero suficiente para ser uno de los mejores recuerdos de nuestro
viaje a Las Canarias. Por la mañana temprano cogimos el ferry a Tenerife
que en en menos de una hora nos llevó de vuelta a Los Cristianos,
desde donde partimos directamente hacia el Parque Nacional del Teide
,
el siguiente objetivo de nuestro viaje.
Después de dejar atrás Los Cristianos, pasando por Arona y Vilaflor,
pronto alcanzamos la zona arbolada al entrar en el Parque Natural de La
Corona Forestal
y un poco después llegamos a los Llanos de Ucanca
,
la puerta de acceso a los dominios del dios Vulcano, con un paisaje
absolutamente asombroso de rocas, coladas de lava solidificada y
naturaleza salvaje. Esta es la entrada del Parque Nacional del Teide
y siguiendo por la carretera que lo cruza pronto se llega a Los Azulejos
, un grupo
de rocas de tonos azulados resultado de un proceso hidrotermal, y unos pocos
Km. después a la izquierda aparecen los Los Roques ,
una formación rocosa de formas caprichosas que proporcionan un bello contraste
con la ladera del cercano Teide, alzándose impresionante en segundo
plano. Justo al otro lado de la carretera está el Parador Nacional de Las
Cañadas del Teide
, el único
hotel del parque, a unos 2300 m. sobre el nivel del mar en la zona conocida
como Las
Cañadas .
Este hotel no es tan lujoso como uno cabria esperar de un Parador Nacional,
pero ofrece la oportunidad especial de pasar la noche confortablemente en
esta ubicación realmente remota y salvaje. De hecho es el único edificio del
parque, con la excepción del edificio del teleférico.
Así que dejamos nuestro equipaje en el Parador y continuamos la ruta,
cruzando el Parque hasta El Portillo de la Villa, un cruce de
carreteras donde hay unos pocos edificios y restaurantes, justo en el limite
del Parque, donde comimos en la terraza del Restaurante Buffet
Teide (no
es para
gourmets, pero las raciones son inmensas, los precios razonables y el Potaje Canario
es muy bueno). El terreno desde los Llanos de Udanca hasta El Portillo de la
Villa es una continua sucesión de paisajes volcánicos absolutamente
impresionantes
que te invitan a pararte a cada paso para hacer fotos y admirar las fuerzas
de la naturaleza en su dimensión mas salvaje. Volvimos al hotel justo antes
del atardecer y aproveche la ocasión de ir andando hasta Los
Roques
para hacer algunas fotos con esa luz rojiza y suave que tanto me encanta.
Para el día siguiente teníamos planificado subir al Teide
(3718 m), así que nos acercamos bastante temprano al edificio del
teleférico (para
evitar las largas colas que son habituales mas tarde).
El ticket es bastante caro, pero el caso es que te lleva hasta los 3550 m en
cuestión de segundos. Desde ahí se puede subir andando por un buen sendero,
aunque bastante empinado, hasta el punto mas alto de la montaña (solo se
tardan unos 30 o 40 minutos a paso normal). Desde ahí, si se tiene suerte
con el tiempo se tiene una vista fantástica de toda la isla de Tenerife y de
las cercanas islas de La Gomera, La Palma y Gran Canaria (no fue nuestro
caso, ya que la visibilidad era muy limitada debido al polvo en suspensión,
proveniente del Sahara). Para poder subir por este sendero, llamado el
sendero Telesforo Bravo,
se necesita un permiso especial que puede ser obtenido gratuitamente
de la
Administración de Parques Nacionales (se te pide que lo enseñes al
inicio del sendero). Justo en la cima de la montaña todavía hay alguna
actividad volcánica residual, con algunas fumarolas emitiendo gases
sulfúricos muy calientes, cuyo intenso olor te acompaña en los últimos
metros de la ascensión.
Después de bajar con el teleférico lo mejor es evitar pararse en el bar/restaurante
del edificio terminal ,
a no ser que te guste pagar mucho por nada. Es mucho mejor ir al restaurante del Parador de Turismo
y probar alguna especialidad local, como por ejemplo el guisado de cabra.
AVISO, las natillas me las sirvieron en un plato sopero y aunque
estaban deliciosas tengo el deber de advertir que tomar mas de medio litro de natillas
puede ser perjudicial para la salud!
Luego, por la tarde, todavía tuvimos tiempo para una rápida visita al
pueblo de La Orotava
al que se accede por una buena carretera, aunque llena de curvas, que baja
por el boscoso Valle de La
Orotava.
Bien, después una silenciosa noche en mitad de la nada habíamos llegado
a nuestro último día de vacaciones, pero como teníamos el vuelo por la tarde
todavía tuvimos ocasión de ir por la carretera que va de El Portillo de
La Villa a La Laguna, y que esta llena de miradores
tanto sobre la vertiente norte como sobre la vertiente sur de la isla. Luego nos detuvimos
en La Laguna ,
que bajo mi punto de vista es la ciudad mas bonita de Tenerife. Tuvimos el
tiempo justo para dar un paseo por su encantador casco antiguo y comer en la
excelente Tasca El Obispo
.
Justo después nos dirigimos al cercano aeropuerto de Los Rodeos (Tenerife Norte),
devolvimos el coche a CICAR y volamos de vuelta a casa, vía Madrid.
Haz clic en los enlaces del siguiente
mapa para ver algunas fotos de la zona en mi álbum de fotos.